jueves, 16 de abril de 2015

ADIÓS, PAÑAL





Dejar el pañal es un proceso de aprendizaje muy importante en el desarrollo del niño. Pero, ¿cuándo empezar? Se puede iniciar con la retirada del pañal alrededor de los 2 años, aunque dependerá del grado de maduración del niño, pudiendo empezar antes o después. Para ello, debemos observar si el niño muestra alguna de estas señales que nos indiquen que puede estar preparado:

-         Intenta hacer las cosas él solo.
-         Ayuda a vestirse y desvestirse.
-         Le molesta tener sucio el pañal.
-         Se entretiene sentado mientras juega.
-         Se sienta y se levanta, mantiene el equilibrio.

Si se dan estas señales se puede empezar a quitar el pañal por el día. Para empezar, se debe tener en cuenta que es un proceso diferente para cada niño y no hay que perder la paciencia. A partir de aquí, se puede comenzar a emplear una serie de consejos y pautas que pueden ser de gran utilidad:

1.    Explicar al niño de forma sencilla el proceso. Ejemplo: “como ya eres mayor, el pipí y la caca se hacen en el váter/orinal”
2.  Los niños aprenden muy bien por imitación así que podemos normalizar el proceso dejando que el niño nos acompañe a hacer pipí o caca. También es útil poner un muñeco a “hacer pipí o caca”.
3.  Familiarizarle con el váter u orinal (ubicado en el cuarto de baño) estando sentado un ratito, aunque sin prolongarlo demasiado.
4.   Convertirlo en un momento agradable: llevar un cuento sobre quitar el pañal o, incluso, la tablet con algún capítulo de dibujos que trate del tema.
5.    Llevarlo cada cierto tiempo a modo de rutina verbalizando que se va a hacer pipí o caca: al levantarse, después de desayunar, antes de salir de casa, etc.
6.   Elogiar y premiar los intentos y logros, evitando regañar cuando haya algún escape.

El niño controlará eficazmente los esfínteres en torno a los cuatro años, siendo el control nocturno el más difícil de conseguir, además no debemos olvidar que cada niño lleva su propio ritmo. Sin embargo, más allá de los 5 años la falta de control de esfínteres diurno y nocturno se considera un trastorno y es conveniente acudir a un especialista ya que puede tratarse de un problema físico o psicológico.